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¿Cómo disfrutar el sexo YA?

Por Jose Gonzalez 20 Oct 2023

Necesitamos hablar sobre todas esas cosas que están impidiendo que tengas relaciones sexuales placenteras. Independientemente de con quién las tengas, si es alguien en un antro o tu relación de diez años, lo que te voy a decir hará que vivas el sexo de manera diferente.


Te diré la verdad: no disfrutas el sexo porque te han hecho creer que tiene que ser de una manera específica. Ese es el hilo negro: hay una concepción de lo que es un “buen sexo” y lo que es un “mal sexo” por todas las ideas que existen en la sociedad, en la televisión, en los libros, incluso en nuestra familia y entre nuestros amigxs, sobre cómo deberíamos vivirlo.

Te pongo unos ejemplos.

Por una parte, para involucrarnos en una relación sexual, necesitamos sabernos deseables para la otra persona. ¿Cómo tendrías relaciones con alguien que piensa que no eres atractivx? Y más aún, ¿cómo alguien tendría relaciones contigo si no eres atractivx? Esto no se trata de debatir tu belleza, sino que existe la idea de “tener que ser atractivx para el otrx”, lo cual resulta en que, al estar con la otra persona, te preocupes por tu aspecto, por si te ves bien en la posición en la que estás (y cambiarla si no es así o incluso evitar ciertas posiciones), etc. 

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Otra cosa que creemos que “necesitamos” es ser “sexualmente capaces”. Es decir, tener una erección firme, lubricar constantemente, apurarte a terminar (o no terminar tan rápido)... y entonces, porque nadie quiere ser sexualmente “incapaz” o “insuficiente”, pondrás mucha atención en el desempeño de tu cuerpo, porque desempeñarte “mal” te haría ver como alguien con quien no se tiene “buen sexo”. 

Nos importa “dar” un buen sexo porque ¿qué diría de nosotros no hacerlo?

Hacemos lo que creemos que la otra persona quiere (léelo de nuevo) para darle un orgasmo o tener “buen” sexo, pero también para sentir que somos suficientes, porque ese es el asunto: usamos las relaciones sexuales para satisfacer nuestras necesidades emocionales. La necesidad de sabernos capaces, de sabernos atractivxs y deseables, de tener un momento de conexión y contacto con otra persona, y más.


Lo que resulta de este ejemplo es una constante vigilancia de tus actos para saber si le gusta a la persona (o sea, si lo estás haciendo bien). Ojo, enfocarte en el placer del otrx no es malo, al contrario, házlo, pero no desde el asumir que quiere que te desempeñes de cierta forma (¡mejor pregunta!) y desde la ansiedad.

Estos son unos cuantos ejemplos de las ideas que influyen en lo que hacemos y cómo nos sentimos cuando estamos en un encuentro sexual, y que en consecuencia nos desconectan de la experiencia, del placer y del contacto. Estamos tan centrados en si lo haremos bien y qué dirá eso de nosotros, que entonces el encuentro lo vivimos desde la presión, desde el “deber ser”, el “tener que”, desde la expectativa (estoy segura que no sólo tú, también la otra persona), y entonces ya nadie lo disfruta.  

A esto suman otras ideas que tenemos alrededor del sexo y de nosotrxs en él. Por ejemplo, que ser suficientemente hombre es tener una erección sin importar que no quieras, o que tienes que ser la mejor en la cama para que tu pareja no sea infiel (entre muchas otras cosas). Si basamos el éxito en el sexo desde el desempeño (si tú o la otra persona “lo hicieron bien”) en lugar de basarlo en la experiencia (si se la pasaron bien) entonces el éxito frustrantemente se irá de tus manos.

Retomando lo que decía al principio, la clave para que disfrutes el sexo es que dejes de creer que tienes que desempeñarte de cierta manera, que el sexo se ve de una forma específica, que tienes que cumplir con ciertos roles y especificaciones. Todo esto se tira a la basura cuando te das cuenta de que no a todas las personas les gusta lo mismo PERO actuamos como si así fuera, porque tenemos miedo de que nos tachen de “rarxs” o anormales.


Lo mejor que puedes hacer en tu próximo encuentro es observar estos pensamientos y exigencias que sientes que debes de cumplir, y que las hables con alguien especializadx en el tema (¡puedes contactarme a mi!). Además de PREGUNTAR a la otra persona si lo que haces le está gustando en vez de encerrarte en tu mundo de creencias y expectativas de desempeño. No hay nada que sume más al placer de la relación que poder decirle a la otra persona qué te gustaría, y que la otra persona pueda decirte lo mismo, sin que exista la presión del “no ser suficiente”. 

No olvides seguirme en Instagram como @sex.monicacruz para más información de sexualidad, ¡y más colaboraciones con Spasmo! (si te interesaría una asesoría sexológica, ¡mándame mensaje!)

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